El proyecto eslovaco Crazy? So what!, gestionado por la organización Integra, reúne a jóvenes estudiantes y personas que han sufrido problemas de salud mental. Durante un día completo de enseñanza, los estudiantes aprenden de primera mano lo que es superar una crisis de salud mental y cómo obtener ayuda. Jana Hurova, directora de Integra, nos relata la manera en que el proyecto ayuda a romper el estigma que soportan las personas con problemas de salud mental y ofrece a la juventud un valioso brote de esperanza.
¿Qué les motivó a iniciar su proyecto?
Nuestra organización lleva muchos años apoyando a las personas que padecen problemas de salud mental y que, como consecuencia de su enfermedad, han perdido sus empleos, hogares, amigos y, a veces, también a sus familias. Todo su mundo se ha desmoronado. Hace casi treinta años, creamos los primeros servicios comunitarios de salud mental de Eslovaquia. El objetivo era velar por que esas personas, tras recibir tratamiento en un hospital psiquiátrico, pudieran recibir ayuda y volver a las vidas normales que llevaban antes de caer enfermas. Defendimos la creación de organizaciones de pacientes en Eslovaquia y pusimos en marcha una serie de programas para desestigmatizar las enfermedades mentales. Prestamos cuidados a personas con problemas de salud mental graves, especialmente esquizofrenia, y muchas de ellas ya han conseguido integrarse y encontrar sentido a sus vidas.
Llevamos a cabo todas nuestras actividades de forma no tradicional desde el principio y trabajamos en colaboración con nuestros clientes para dar una mejor respuesta a sus necesidades, aplicando un enfoque similar al del programa Crazy? So what!. Muchos de nuestros clientes han encontrado motivación al reunirse con personas jóvenes y, partiendo de su experiencia personal, hablar de aquello que echaban en falta a su edad y de lo que más tarde desencadenó sus problemas de salud mental.
Vemos cada vez más necesario destacar la importancia de la salud mental. Saber cómo gestionar una crisis personal es una gran fortaleza.
Iniciamos el programa Crazy? So what! en Eslovaquia ya en 2005, junto con socios de Alemania y Chequia. Sin embargo, no ha sido hasta hace poco que hemos conseguido dotar al programa de una base más estable y ampliarlo. Nos hemos formado como instructores, formamos a nuevos equipos y visitamos nuevos centros educativos.
¿Qué acogida ha tenido su proyecto? ¿Han recibido comentarios de las personas a las que han ayudado? ¿Podría darnos un ejemplo, si lo tiene?
A las personas jóvenes siempre les impresiona mucho poder conocer a personas que han superado una crisis de salud mental y a quienes pueden preguntar cualquier cosa. Esa experiencia les muestra que, si ellos mismos tienen problemas, siempre hay ayuda disponible. Al tratarse de un día completo de enseñanza y de una comunicación en pie de igualdad, los participantes siempre se llevan una impresión positiva.
Las personas que han sufrido problemas de salud mental pueden insuflar en los jóvenes el coraje necesario para hacer algo por resolver sus propios problemas. En casi todas las clases hay estudiantes que tienen problemas. Darles un brote de esperanza tiene un valor inestimable. Las personas con experiencia personal cuentan su propia historia como una forma de sentirse mejor. Ellos mismos deciden hasta qué punto dejan a los estudiantes entrar en sus vidas. De este modo, sienten su valía y que la gente los comprende.
Hemos recibido muchos comentarios, por ejemplo de estudiantes que afirman no contar habitualmente con la oportunidad de conocer a personas con problemas de salud mental o que subrayan la necesidad de aprender a aceptarlas, y no condenarlas por ser diferentes.
También hemos recibido comentarios de personas participantes en el programa que han sufrido problemas de salud mental. Una de ellas nos decía esto:
«El programa me da el coraje para caminar con la cabeza alta. ¡Por fin quiero vivir! Hablar con los estudiantes es duro, pero gratificante. Son muy abiertos y apenas tienen miedo a los contactos sociales. Lo más maravilloso para mí es que muestran que lo que nos une es mucho más que lo que nos separa, que la imagen de las “personas locas“ no es real. Es genial poder ayudar a la gente a hablar, al fin, abiertamente sobre los problemas de salud mental, de modo que nadie tenga que sentirse avergonzado ni ocultarse».
Lo que nos impulsa es la juventud. Después de cada uno de estos días, comentan la importancia que reviste para ellos el programa Crazy? So what! y que debemos darle continuidad para que toda la juventud de Eslovaquia pueda percatarse de lo valiosa que es su propia salud mental.
¿Ya están planeando nuevos proyectos?
Nos gustaría que esta forma de educación llegue a toda la juventud, por lo que pretendemos ampliar el programa a otras regiones de Eslovaquia. Ya se ha instaurado en Alemania (donde fue creado inicialmente), Eslovaquia, Chequia y Austria. Este año también hemos formado a los primeros equipos en Ucrania.
En su opinión, ¿qué importancia tiene que las personas afectadas hablen abiertamente de sus problemas de salud mental? ¿Qué mensaje envían con su proyecto?
Queremos difundir el mensaje de que padecer problemas de salud mental no es algo de lo que avergonzarse. Lo que es una lástima, en cambio, es no hacer nada para preservar nuestra propia salud, porque no hay salud sin salud mental.
La idea principal que subyace al programa Crazy? So what! es destacar a tiempo la importancia de la salud mental y, a la vez, propiciar que se comprenda a las personas con problemas de este tipo.
Hemos constatado que es mucho mejor prevenir que tratar, y también es más eficaz. Ofrecemos coraje y motivación, y somos optimistas. Siempre hay ayuda disponible. A veces basta con tener a alguien con quien hablar. Luchar por tus sueños nunca es fácil, pero vale la pena.
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