por Antonello Pezzini, delegado del Comité Consultivo de las Transformaciones Industriales del CESE y antiguo miembro del Grupo de Empresarios del CESE

El pasado mes de enero, el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, reiteró la necesidad de consolidar un mercado interior de la defensa que garantice nuestra seguridad. «Empezamos con municiones para Ucrania», afirmó. «Ahora tenemos que ampliar este enfoque a fin de incluir un programa industrial europeo de defensa a gran escala capaz de apoyar la expansión de la base industrial europea y desarrollar las infraestructuras necesarias para proteger las zonas en conflicto».

El CESE ha tenido la oportunidad de reiterar en numerosas ocasiones la necesidad de apoyar la puesta en marcha de un Programa Europeo de Desarrollo Industrial en materia de Defensa (PEDID) destinado a crear un sistema común de defensa interoperable e integrado.

Este objetivo es tanto más urgente si se tiene en cuenta la actual situación geopolítica, que nos empuja a reforzar la autonomía estratégica de Europa en materia de defensa y desarrollar una sólida base industrial y tecnológica común.

El PEDID debe enmarcarse en una visión estratégica común para la industria de la defensa que pueda avanzar hacia la integración efectiva de los fabricantes y usuarios europeos y cuente con la participación de al menos tres Estados miembros.

Cada vez es más necesario entablar un diálogo estructurado a escala europea, en sinergia y coordinación con la OTAN, e instaurar un consejo de ministros de Defensa que pueda aportar una dirección política duradera y constituir un foro de consulta y adopción de decisiones auténticamente europeas.

Las disposiciones legales han de garantizar que haya un equilibrio entre países grandes y pequeños, que el 20 % de las empresas participantes sean empresas de reducido tamaño, que se imparta formación destinada a obtener personal cualificado y adaptado a los nuevos perfiles laborales y que se facilite el reciclaje profesional del personal cuyas cualificaciones hayan quedado obsoletas o hayan perdido utilidad.

Ha llegado el momento de ampliar y reforzar este enfoque de modo que contemple un programa industrial europeo de defensa a gran escala, capaz de apoyar la expansión de la base industrial europea, mediante el desarrollo de productos de «doble uso». Se trata de productos —entre los que se cuentan los programas informáticos y la tecnología— que puedan emplearse para fines civiles o militares, por ejemplo, elementos que puedan servir para diseñar, desarrollar, producir o usar armas químicas o biológicas y sus sistemas vectores.

Lea el texto completo de Antonello Pezzini en el boletín del Grupo de Empresarios del CESE: https://europa.eu/!yKMPTk