Aplaudimos el valor y la solidaridad de la sociedad civil europea
Estimados lectores:
El 15 de febrero celebramos la ceremonia de entrega a los galardonados de nuestro Premio Solidaridad Civil, convocado en julio de 2020, justo cuando Europa estaba curando sus heridas tras la primera ola de la pandemia de COVID-19. Fue poco después de que acabaran los primeros confinamientos, que nos habían obligado a permanecer en casa, viendo los informes de los medios de comunicación sobre escenas desgarradoras en los hospitales de Europa y aplaudiendo cada tarde al personal sanitario.
Pero pronto empezaron a llegar informes sobre iniciativas solidarias en toda la Unión, que demostraban que muchos no se quedaban de brazos cruzados, sino que se apresuraban a ayudar, ya fuera a los grupos más vulnerables o a las personas más afectadas por la crisis, o de cualquier otra forma que resultara necesaria.
Por ejemplo, se fabricaron y distribuyeron mascarillas y batas médicas, se transformaron hoteles en hospitales de emergencia, se suministraron alimentos a personas mayores o vulnerables, se proporcionó apoyo digital a la escolarización en el hogar o simplemente se llevaron a cabo proyectos artísticos o de entretenimiento para hacer más llevadera la vida durante la pandemia.
La sociedad civil, a través de sus organizaciones y personas, ha estado a la vanguardia de todas estas iniciativas. Sin su ayuda sobre el terreno, los costes de esta pandemia serían mucho más elevados
En un esfuerzo por reconocer este compromiso y el trabajo entusiasta sobre el terreno, decidimos en 2020 suspender temporalmente nuestro emblemático Premio Sociedad Civil, que hemos concedido cada año desde 2006 y que rinde homenaje a aquellas organizaciones de la sociedad civil y a aquellas personas cuyos proyectos celebran la identidad europea y los valores comunes en un determinado ámbito de actuación.
Lo sustituimos, a título excepcional, por un Premio Solidaridad Civil con el lema «La sociedad civil contra la COVID-19», orientado de manera específica a luchar contra el virus o a afrontar sus terribles consecuencias.
En lugar de los cinco galardonados habituales, quisimos aumentar la concesión del premio a un máximo de veintinueve proyectos realizados por particulares, organizaciones de la sociedad civil y empresas. Los proyectos debían ser estrictamente sin ánimo de lucro y con no más del 50 % de financiación pública. Buscábamos un ganador en cada Estado miembro y en el Reino Unido, como gesto destinado a mostrar que deseamos mantener estrechos vínculos con la sociedad civil de este país a pesar de que haya abandonado la UE, además de un ganador con un enfoque transfronterizo o paneuropeo.
El 30 de septiembre, fecha en que finalizó el concurso, se habían recibido 250 candidaturas de toda la UE. Todas las candidaturas manifestaban un compromiso desinteresado sobre el terreno, tanto ciudadano como de la sociedad civil. Todos los proyectos se basaban en la solidaridad como fuerza motriz, y los agrupamos en cinco temas principales: suministro de alimentos y asistencia a grupos vulnerables, equipos médicos, servicios de asesoramiento, servicios educativos e información sobre la pandemia, y, por último, ofertas culturales.
Tras un cuidadoso examen, elegimos, repartidos entre los cinco temas, a veintitrés ganadores que consideramos que representan mejor lo que la sociedad civil está haciendo en toda Europa para ayudar a las comunidades a superar la pandemia. Concedimos a cada uno de ellos 10 000 euros, esperando que este apoyo financiero les ayude a seguir desarrollando su labor y que el premio aumente la visibilidad de sus proyectos.
También esperamos concienciar sobre la importancia no solo de estos proyectos, sino también de muchas otras iniciativas ciudadanas significativas y creativas que se están llevando a cabo en la UE. Todos estos ejemplos muestran que la solidaridad es la clave para superar cualquier crisis. Con su trabajo, los impulsores de estas iniciativas están construyendo un futuro mejor para Europa, que ojalá salga de esta prueba más fuerte y unida.
Por ello, en nuestra ceremonia de entrega de premios, celebrada exclusivamente a distancia el 15 de febrero, no aplaudimos solo a nuestros veintitrés ganadores. Nos quitamos el sombrero ante toda la sociedad civil europea y tantas organizaciones, empresas e individuos que han demostrado, y siguen haciéndolo, solidaridad, valentía y responsabilidad cívica sin precedentes en estos tiempos difíciles y complicados.
Cillian Lohan
Vicepresidente de Comunicación del CESE
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