Educación y formación

La educación y la formación son de vital importancia para el futuro de Europa. Por esta razón, la UE ha escogido como el primer principio clave de su pilar europeo de derechos sociales «[el] derecho a una educación, formación y aprendizaje permanente inclusivos y de calidad». La educación y la formación giran, ante todo, en torno a la preparación de los futuros ciudadanos europeos para que tomen conciencia de sus responsabilidades en una sociedad inclusiva y multicultural, y estén bien equipados a fin de que puedan contribuir a una economía europea competitiva. En una sociedad que debe reaccionar rápidamente ante nuevos desafíos, tales como un uso mayor de la tecnología, que afecta a todos los puestos de trabajo y sectores, el aprendizaje permanente se ha convertido en una nueva prioridad, ya que puede permitir a empresarios y trabajadores responder con éxito a las realidades del mercado, y a los desempleados actualizar o reciclar sus cualificaciones para que puedan incorporarse de nuevo al mercado de trabajo; resulta valioso, en particular, para las personas pertenecientes a grupos sociales vulnerables, como los ancianos y las personas poco cualificadas.

La responsabilidad por los sistemas nacionales de educación y formación recae sobre los Estados miembros, mientras que la UE tiene la competencia de llevar a cabo acciones para apoyarlos, coordinarlos o complementarlos con iniciativas tales como Erasmus+, que respalda una amplia gama de proyectos, y la nueva Agenda de Capacidades Europea, que ayuda a las personas a encontrar puestos de trabajo de calidad y mejorar sus oportunidades vitales.

En sus dictámenes y documentos informativos, el CESE ha defendido los derechos de las personas a una educación, aprendizaje profesional y periodos de prácticas de calidad, y a unas oportunidades equitativas en un mercado de trabajo integrador.