En la conferencia anual de su Grupo del Semestre Europeo, celebrada a distancia el 31 de mayo, el CESE advirtió que la participación de la sociedad civil organizada dista mucho de ser satisfactoria en la mayoría de los países de la UE.

La conferencia «Construir una Europa resiliente - La sociedad civil y los planes nacionales de recuperación y resiliencia» contó con las aportaciones de oradores destacados de instituciones de la UE, Consejos Económicos y Sociales Nacionales, grupos de reflexión y organizaciones de la sociedad civil de la UE. Se centró en tres temas: la participación de la sociedad civil organizada en los planes nacionales de recuperación y resiliencia, la transición justa hacia una economía europea verde, digital y sostenible, y la aplicación del pilar europeo de derechos sociales.

La presidenta del Comité, Christa Schweng, abrió el debate subrayando el reto de transformar esta crisis en un conjunto de nuevas oportunidades. Cobra particular importancia el desafío de aprovechar el potencial del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia: «La mayoría de los Estados miembros no consultaron lo suficiente a la sociedad civil organizada, o lo hicieron demasiado tarde», declaró Schweng. «La situación que tenemos ahora es la de una serie de planes nacionales de recuperación y resiliencia que varían considerablemente en términos de calidad y metodología, y lo que realmente nos preguntamos es si estos planes responden de verdad a las necesidades sobre el terreno».

Tiziano Treu, presidente del Consejo Nacional de Economía y Trabajo de Italia (CNEL), señaló que el papel de la Conferencia sobre el Futuro de Europa es diseñar una nueva forma de gobernanza europea: esta debe simplificarse, hacerse más eficaz e incluir normas adecuadas que garanticen la participación de la sociedad civil organizada.

Por su parte, el vicepresidente del Grupo del Semestre Europeo, Luca Jahier, afirmó: «Un "pilar de la ciudadanía" más fuerte, que englobe a la sociedad civil organizada y a los entes regionales y locales, en alianza con los Parlamentos nacionales, será crucial si queremos que los procesos de reforma y las inversiones se supervisen adecuadamente, así como para lograr la necesaria participación de las partes interesadas legítimas». (na)