por Ioannis Vardakastanis, vicepresidente del Grupo de Organizaciones de la Sociedad Civil del CESE

El Año Europeo de las Capacidades debe ser una ocasión para colmar las brechas: un año para superar los obstáculos que impiden a muchas personas en la UE encontrar empleos de calidad en los que sentirse realizadas. En un momento en que la mano de obra de la UE es cada vez más escasa resulta más importante que nunca invertir en capacidades para aprovechar el potencial de quienes, con demasiada frecuencia, están excluidos del mercado laboral abierto.

Naturalmente, el desarrollo de capacidades adaptadas a las necesidades del mercado laboral actual y futuro habrá de tener en cuenta la digitalización cada vez mayor de nuestras economías. Esto implica la necesidad de colmar la brecha de capacidades digitales, especialmente en el caso de colectivos como las personas con discapacidad y las personas mayores que siguen activas en el mercado laboral. En nuestras sociedades modernas, la alfabetización digital no es solo una herramienta que ayuda a hacerse un hueco en el mercado de trabajo, sino una premisa para llevar una vida independiente, por lo que nadie debe verse privado de ella.

Sin embargo, a la hora de promover capacidades que proporcionen perspectivas de futuro a nuestras economías no debe caerse en una dependencia excesiva de las competencias digitales. El Año Europeo de las Capacidades también debe ser una plataforma para promover la importancia y el valor del empleo en el ámbito de las profesiones técnicas, el trabajo manual y los oficios. Durante demasiado tiempo se han infravalorado las capacidades que estos sectores requieren y las funciones esenciales que cumplen en nuestras sociedades. La transición ecológica, que constituye uno de los pilares del plan de la UE para transformar su economía en los próximos años, implica una especial necesidad de conocimientos técnicos y manuales para llevar a cabo una transformación real. Para conseguirlo, muchos trabajadores tendrán que reciclarse, y debe aprovecharse la oportunidad para llegar también a personas habitualmente excluidas del mercado laboral y desarrollar sus capacidades.