Por Daniela Vancic

La ICE es verdaderamente única. En ningún lugar del mundo existe una herramienta semejante que permita a los ciudadanos y ciudadanas influir de forma directa en la legislación. Sin embargo, aún estamos a la espera de que se le otorgue el reconocimiento que merece desde hace tiempo, afirma Daniela Vancic, responsable principal de políticas y promoción europeas en Democracy International, quien compartió con nosotros tres ideas para lograr que la ICE tenga más impacto.

La iniciativa ciudadana europea (ICE) es una de las herramientas democráticas más poderosas con las que cuenta la UE, solo por detrás de las elecciones al Parlamento Europeo. La implicación de más de veinte millones de ciudadanos y ciudadanas en sus trece años de existencia demuestra que es una plataforma participativa de primer orden. No obstante, pese a su potencial, rara vez recibe el reconocimiento que merece.

Me gustaría exponer las razones por la que la ICE es importante y tres ideas para lograr que tenga aún más impacto.

El papel de la ICE en un mundo polarizado

¿Qué hace que la ICE sea verdaderamente única? En ningún lugar del mundo existe una herramienta semejante. La ICE permite a los ciudadanos y ciudadanas influir de forma directa en la legislación si logran recabar para ello apoyos en al menos siete Estados miembros de la UE. En una época en que la polarización política va en aumento, actúa como puente vital entre la ciudadanía y los responsables políticos, fomenta la colaboración, crea conexiones e impulsa un cambio real.

La esencia de la ICE es inspirar a las personas para que participen en la elaboración de las políticas. Reúne a diversos grupos, estimula el debate público y proyecta voces en la escena europea. Por ejemplo, la iniciativa Mi voz, mi decisión, que recientemente consiguió reunir más de un millón de firmas, movilizó a toda una red de activistas, organizaciones y personalidades públicas (incluidas figuras internacionales como Barack Obama) y suscitó una conversación más amplia sobre valores fundamentales. Este tipo de movilización crea un valor duradero para la propia democracia, así como para la causa que se defienda.

Tomar decisiones a tiempo es fundamental

La ICE encierra un enorme potencial democrático, pero para liberarlo por completo es esencial que las instituciones europeas tomen decisiones a tiempo. Si bien algunas iniciativas, como la campaña «End the Cage Age» (Acabemos con las jaulas), han propiciado cambios positivos en las políticas de la UE, a menudo existe un retraso significativo entre el apoyo público a una ICE y su seguimiento legislativo, lo cual puede resultar frustrante tanto para la ciudadanía como para la sociedad civil, corriendo el riesgo de que dejen de creer en el proceso.

Para no perder el impulso, la UE debe considerar la posibilidad de acelerar la tramitación de las ICE que reciban un apoyo público abrumador. Si bien elaborar la legislación de la UE lleva tiempo, cuando una ICE cuenta con un respaldo claro y generalizado, debe recibir especial atención y cuidado. La ciudadanía debe poder ver cómo sus ideas se transforman rápidamente en acciones, lo que convierte a la ICE en un catalizador del cambio oportuno y en una herramienta influyente.

El papel de las organizaciones de la sociedad civil a la hora de impulsar la reforma europea

Las organizaciones de la sociedad civil siempre han ocupado un lugar central en la ICE, ya que han movilizado a la ciudadanía y sensibilizado sobre el potencial de la herramienta. Desde el principio, organizaciones como Democracy International han desempeñado un papel crucial a la hora de organizarla y respaldarla. No obstante, el papel de la sociedad civil no se detiene ahí.

Estas organizaciones deben seguir abogando por reformas que puedan reforzar la ICE como instrumento democrático. Por ejemplo, a través de las ICE debería ser posible que la ciudadanía presentara propuestas de reforma de los Tratados de la UE, una competencia que aún no está a su alcance pero que podría tener un profundo impacto en el futuro de Europa. Los debates sobre la reforma de los Tratados van evolucionando y se reconoce cada vez en mayor medida que la UE necesita un Tratado que esté a la altura para dar respuesta a los retos y oportunidades de nuestro tiempo; por ello, es más importante que nunca ampliar la ICE para que los ciudadanos y ciudadanas puedan sentarse en la mesa de negociaciones.

La ICE debe ser una fuente de inspiración para las políticas

Elevemos el nivel de ambición de la ICE. Una idea para movilizar todo su potencial es tener en cuenta incluso las ICE que no cumplan todos los requisitos formales. No todas las grandes ideas superarán el umbral de un millón de firmas, lo cual no significa que no merezca la pena examinarlas. Gestionar una ICE no es tarea fácil, sobre todo porque implica esfuerzos transnacionales, multilingües y multinacionales. Con todo, es posible que algunas de las mejores ideas no cuenten con los recursos necesarios para alcanzar el exigente listón que culmina en el éxito de una ICE.

Por ejemplo, la ICE Single Communication Tariff Act (Tarifa única de telefonía móvil) de 2012 no tuvo «éxito» si nos atenemos a la definición estándar de este término, pero consiguió inspirar la política de «en itinerancia como en casa», que entró en vigor cinco años después y beneficia a millones de europeos desplazados, que ahora pueden disfrutar de la itinerancia de datos sin tasas a través de las fronteras. Esto demuestra que incluso las ICE que no cumplen el objetivo del número de firmas pueden inducir cambios en las políticas. La UE debe estar abierta a considerar todas las ideas que impulsen sus ciudadanos y ciudadanas, incluso aquellas que no lleguen al umbral del millón de firmas, y a utilizarlas como fuente de inspiración para la futura legislación.

Principales conclusiones

La ICE es una herramienta increíblemente valiosa para reforzar la democracia en Europa, en especial en un momento en que los valores democráticos están amenazados en todo el mundo. Permite que los ciudadanos y ciudadanas presenten sus ideas en el ámbito de la UE, moviliza el apoyo del público y genera un impacto significativo. Ahora que la ICE está entrando en la «adolescencia», ha llegado el momento de reflexionar sobre cómo dar más vuelo a esta herramienta única y crear una conexión más sólida y directa entre la ciudadanía y las instituciones.

Con el apoyo continuo de la sociedad civil, la ICE puede contribuir a construir una Unión Europea más participativa y receptiva y, por ende, a consolidar su posición como líder mundial en democracia.

Daniela Vancic es la principal responsable de políticas y promoción europeas en Democracy International, organización desde la que lleva defendiendo la democracia participativa y directa desde 2017. Con más de una década de experiencia en procesos de participación ciudadana, es una reconocida experta sobre la iniciativa ciudadana europea. En 2022 coeditó el libro «Complementary Democracy: The Art of Deliberative Listening».