El CESE está firmemente convencido de que en la elaboración de las políticas de la UE debe integrarse un modelo asistencial para las personas mayores dependientes, pues se prevé que la proporción de la población de más de ochenta años se duplique con creces de aquí a 2050.

La pandemia ha puesto de relieve los fallos en este ámbito y el CESE considera que la iniciativa de la Comisión para establecer una nueva Estrategia Europea de Cuidados es un paso en la dirección adecuada. Sin embargo, las instituciones consultivas y las organizaciones europeas de la sociedad civil que representan a las personas mayores deben poder hacer oír su voz.

En su Dictamen de iniciativa «Hacia un nuevo modelo asistencial para las personas mayores: aprender de la COVID-19», aprobado en su pleno de enero, el CESE examina con más detenimiento los diversos modelos de cuidados de larga duración a personas mayores de sesenta y cinco años con pérdida de autonomía o dependencia, albergadas en residencias institucionales.

Miguel Ángel Cabra de Luna, ponente del Dictamen, hizo hincapié en que «la asistencia que requiere toda persona mayor debe ser una de las piedras angulares de las políticas de la UE, vinculada al cumplimiento del Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales».

El CESE propuso la creación de un Observatorio Europeo sobre el cuidado de personas mayores, que permitiría recopilar datos estadísticos suficientes, comparar buenas prácticas entre modelos estatales diversos, detectar deficiencias estructurales de los sistemas nacionales, y prestar apoyo técnico para facilitar la adopción de orientaciones políticas de la UE y la aplicación del pilar europeo de derechos sociales.

Además, en su Dictamen el CESE solicita el establecimiento de un Año Europeo de las Personas Mayores, como reconocimiento de los derechos fundamentales de los que son titulares las personas mayores y de sus aportaciones a la sociedad, como establece el artículo 25 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE.

Durante la pandemia, los derechos y las necesidades de las personas mayores solo se tuvieron en cuenta parcialmente, lo que sacó a la luz las deficiencias conceptuales, estructurales y funcionales de los modelos asistenciales para las personas mayores. En este contexto más amplio, esta situación contribuyó a poner aún más de relieve que el envejecimiento de la población representa un desafío estratégico fundamental para la UE y sus Estados miembros. (at)