European Economic
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Los Estados miembros de la UE no deben forzar a los refugiados sirios a regresar a su país en el actual contexto de inestabilidad
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) está dispuesta a prestar apoyo a los nacionales sirios que consideren seguro volver a sus hogares, pero para el resto, desaprueba los retornos forzosos a un país en el que impera la incertidumbre política y que se enfrenta a una de las peores crisis humanitarias del mundo, pues hasta el 90 % de la población vive por debajo del umbral de pobreza, en palabras de Jean-Nicolas Beuze, representante de la ACNUR.
Por Jean-Nicolas Beuze
El panorama político en Siria evoluciona a pasos agigantados desde la caída del presidente Bashar al-Assad, lo que ha provocado que el debate en torno a la mayor población de refugiados del mundo haya cobrado protagonismo en toda Europa.
Cada vez son más los Estados miembros de la UE que suspenden las resoluciones sobre las solicitudes de asilo de nacionales sirios, y algunos anuncian iniciativas que incluyen vuelos fletados e incentivos financieros o «primas de retorno» para alentar a los refugiados a regresar a sus hogares. Otros incluso tienen previsto expulsar a los nacionales sirios que se encuentran actualmente en su territorio, independientemente de su estatuto de asilo.
Para tomar decisiones de asilo con conocimiento de causa, los Estados miembros de la UE deben valorar si Siria es un país seguro al que puedan regresar los nacionales sirios que residen actualmente en Europa. La rápida evolución de la situación sobre el terreno impide en estos momentos emitir juicios definitivos sobre el panorama de seguridad en Siria, que sigue siendo incierto, ya que el país se bate entre una posible solución de paz y reconciliación y el riesgo de nuevos actos de violencia.
Millones de refugiados sirios que viven fuera de su país se enfrentan la cuestión de las implicaciones que tendrá la evolución de la situación en su nación para su propio futuro. Se preguntan si Siria les brindará seguridad y si respetará sus derechos. Para algunos, la perspectiva de retorno puede parecer más viable, pero en otros persisten serias preocupaciones.
¿Cuál es el futuro de las personas pertenecientes a minorías étnicas o religiosas, que tienen diferentes opiniones políticas o que se identifican como parte de la comunidad LGBTQ+ en la actual Siria? La respuesta sigue sin ser clara.
Debemos respetar el criterio de quienes consideran seguro regresar y, en tal caso, prestarles apoyo para regresar y reintegrarse en sus comunidades de origen. Sin embargo, la ACNUR desaprueba los retornos forzosos debido a la inestabilidad y la incertidumbre política que imperan en el país.
Una repatriación forzada desde la Unión Europea vulneraría los derechos de los sirios en tanto que refugiados y los pondría en riesgo de sufrir daños graves e irreparables tras su regreso.
La violencia armada que persiste en diversas partes de Siria, unida a la incertidumbre sobre la forma en que las nuevas autoridades atenderán las necesidades de la población —en particular las de los grupos vulnerables—, hace que para muchos sea prematuro plantearse regresar. Es importante respetar su criterio al respecto. En consecuencia, los Estados miembros de la UE y los países vecinos de Siria que han acogido generosamente a la mayoría de los refugiados desde hace más de una década deben seguir manteniendo su compromiso de proporcionar protección a los nacionales sirios que se encuentran en su territorio.
De los 1,1 millones de desplazados internos debido al recrudecimiento de las hostilidades a finales de noviembre, aproximadamente 627 000 permanecen desplazados, de los cuales el 75 % son mujeres y niños.
Los retornos prematuros plantean riesgos significativos, sobre todo porque alimentan un ciclo de desplazamientos, tanto dentro de Siria como a través de sus fronteras, que en última instancia agrava la crisis.
Además de los desplazamientos masivos, Siria se enfrenta a una de las peores crisis humanitarias del mundo. Gran parte de la infraestructura del país —en particular, hospitales, escuelas y viviendas— ha quedado destruida a causa del conflicto. Los refugiados en su mayoría no tienen hogares a los que regresar. Muchas regiones siguen sufriendo escasez de alimentos, agua limpia y atención sanitaria. La falta de servicios básicos, oportunidades económicas y seguridad dificulta que los repatriados reconstruyan sus vidas de manera sostenible y digna. Un alarmante 90 % de la población siria vive por debajo del umbral de pobreza.
En las últimas semanas, los retornos voluntarios de nacionales sirios desde Líbano, Turquía y Jordania han aumentado considerablemente; las primeras estimaciones hablan de 125 000, es decir, unos 7 000 retornos diarios. Aunque los mismos obedecen a decisiones individuales, la ACNUR se compromete a prestar apoyo a quienes decidan regresar ahora.
Muchos nacionales sirios en Europa y los países vecinos se plantean si es seguro regresar y se preguntan qué encontrarán en lo atinente a servicios básicos y oportunidades para reconstruir sus vidas, pero anhelan profundamente reunirse con sus seres queridos. Por ello, muchos desean regresar brevemente a sus hogares para evaluar la situación sobre el terreno. Deben poder hacerlo sin temor a perder su estatuto de refugiado en Europa. Estas visitas efímeras de «observación» son esenciales para que tomen decisiones con conocimiento de causa, lo que les arrojará mejores resultados, en particular retornos seguros y duraderos.
La paciencia y la cautela son esenciales ahora que los nacionales sirios esperan las condiciones adecuadas para regresar con seguridad y reintegrarse de manera satisfactoria en sus comunidades. Muchos empiezan a plantearse la posibilidad de regresar a sus hogares, para lo cual recibirán apoyo de la ACNUR. Esta es posiblemente una oportunidad que muchos llevan esperando bastante tiempo para poner fin a su vida de refugiados tras años de desplazamiento y adoptar una solución duradera regresando a Siria. Desde la Unión Europea y la ACNUR seguiremos prestándoles apoyo a medida que regresen y reconstruyan una nueva Siria, al igual que hemos hecho durante el tiempo en que se han encontrado en el exilio.
Jean-Nicolas Beuze es el representante de la ACNUR en la UE, Bélgica, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal; anteriormente fue representante en Irak, Yemen y Canadá. Reúne más de veintisiete años de experiencia trabajando para las Naciones Unidas sobre el terreno y en la sede, en los ámbitos de los derechos humanos, el mantenimiento de la paz y la protección de la infancia.