Por el Grupo de Trabajadores del CESE

En una exposición de la OIT, que tuvo lugar en el CESE el pasado mes de diciembre, se mostraron las mejores viñetas de un concurso de la OIT que relataban historias desgarradoras de personas de todo el mundo obligadas a realizar trabajos forzosos. 

Según las estimaciones de la OIT, el número de personas en situación de trabajo forzoso se elevó a 27,6 millones en 2021, lo que constituye una cifra impresionante.

Estas personas se ven obligadas a trabajar en contra de su voluntad, para lo cual se les intimida de diferentes formas: retención deliberada de salarios, amenazas de despido, confinamiento forzoso y violencia física y sexual. La lista es muy larga. El trabajo forzoso es un fenómeno generalizado en todo el mundo y la situación ha empeorado con la pandemia de COVID-19. Los niños, las mujeres y los trabajadores migrantes se encuentran entre los más vulnerables. Según las estimaciones de la OIT relativas al número total de personas en situación de trabajo forzoso, 11,8 millones son mujeres y niñas. Del número total de personas en situación de trabajo forzoso, más de 3,3 millones son niños y niñas.

Pero los hechos y las cifras no reflejan plenamente la dramática situación que atraviesan estas personas. Esta es la razón por la que se organizó esta exposición en el CESE, en colaboración con la OIT, a iniciativa del presidente del Grupo de Trabajadores, Oliver Röpke. Se mostraron las mejores viñetas de un concurso de la OIT que describen la experiencia de personas de todo el mundo obligadas a padecer estas condiciones de trabajo intolerables. 

Este tipo de iniciativa nos induce a reflexionar sobre las medidas que pueden adoptarse para acabar con esta lacra, como abordar los déficits de trabajo digno en la economía informal, tal como preconiza la OIT. Un Dictamen del CESE en curso, elaborado por Thomas Wagnsonner, ponente del Grupo de Trabajadores, se centra en la prohibición de los productos realizados con trabajo forzoso en el mercado de la Unión. Durante la inauguración de la exposición, el presidente del Grupo de Trabajadores, Oliver Röpke, señaló: «Esta exposición pone de manifiesto el sufrimiento de las víctimas del trabajo forzoso, pero también explora lo que podemos lograr cuando trabajamos conjuntamente y actuamos con firmeza, como estamos haciendo en la actualidad. Por esta razón queremos que todos los Estados miembros de la UE ratifiquen el Protocolo de 2014 del Convenio sobre el trabajo forzoso de la OIT». (mg)