European Economic
and Social Committee
Elecciones europeas de 2024: ahora que han terminado, toca reactivar una agenda estratégica preparada para el futuro
Por Stefano Mallia, presidente del Grupo de Empresarios del Comité Económico y Social Europeo
A medida de que se va asentando la polvareda tras las elecciones europeas, se perfilan claramente en el horizonte fuertes turbulencias. La victoria de los conservadores ha bloqueado el deslizamiento hacia la extrema derecha. Sin embargo, aunque el bloque de centroderecha mantenga su posición, no podemos obviar que la extrema derecha tendrá más fuerza en el nuevo Parlamento Europeo, lo que complicará la votación sobre cuestiones clave. Se vio el año pasado, cuando el PPE no logró por poco reunir una mayoría de bloqueo en el grupo de las derechas para acabar con la Ley de Restauración de la Naturaleza.
En lo alto de la lista de intereses de las empresas está el velar por los avances en la política industrial y la seguridad económica, en particular en los sectores de la tecnología, las materias primas fundamentales, los semiconductores, los vehículos eléctricos, la resiliencia económica y la competitividad general. Es esencial reforzar el mercado único e impulsar la inversión privada a través de una auténtica unión de los mercados de capitales. A la hora de acometer esta tarea, ¿estará el nuevo Parlamento a la altura?
No tenemos más remedio que competir con potencias mundiales como China y los Estados Unidos.
En 2008, la zona del euro y los Estados Unidos tenían un producto interior bruto (PIB) a precios corrientes similar, respectivamente 14,2 y 14,8 billones USD (13,1 billones EUR y 13,6 billones EUR). Quince años después, el PIB de la zona del euro supera apenas los 15 billones de dólares, mientras que el de los Estados Unidos se ha disparado hasta los 26,9 billones USD. Si las cinco mayores economías europeas (Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España) hubiesen alcanzado entre 1997 y 2022 la tasa de crecimiento de la productividad de los Estados Unidos, su PIB per cápita sería, por término medio, casi 13 000 USD (12 000 EUR) más alto en términos de paridad de poder adquisitivo. Estas cifras no están exentas de significación.
Durante varios años, a la vista de la balanza comercial positiva de la UE, muchos no vieron que nuestra competitividad podía estar en peligro. Confiábamos en unas condiciones de competencia equitativas a escala mundial y en el orden internacional basado en normas, esperando que los demás hicieran lo mismo. No obstante, ahora el mundo está cambiando rápidamente y la UE necesita jugar su baza y dar rápida respuesta a todas esas llamadas de alerta a las que ha hecho caso omiso hasta ahora. Confiemos en que el Parlamento que viene esté a la altura de las circunstancias y no circunscriba su acción a una política partidista.