En un Dictamen aprobado en el pleno de septiembre, el CESE examinó detalladamente la Estrategia de gestión europea integrada de las fronteras y pidió una estrategia compartida, una mejor coordinación y la protección de los derechos fundamentales.

Asegurar la efectividad del control de las fronteras europeas no es solo una cuestión de seguridad. También se trata de garantizar que defendemos los valores en los que se basa la Unión Europea. El CESE cree firmemente que se necesita una estrategia clara para mejorar el proceso en nuestras fronteras externas.

El objetivo de la Estrategia es reforzar la coordinación entre los agentes y los instrumentos de la UE y de aquellos Estados miembros con responsabilidades de gestión de las fronteras. Esto debe incluir un fuerte atención al intercambio de información y a la creación de una cultura común en materia de fronteras que garantice la protección de los derechos humanos.

Aunque las instituciones de naciones fronterizas desempeñan un papel clave, el CESE manifiesta su preocupación por la falta de precisión sobre sus compromisos en la estrategia. Tanto Cristian Pirvulescu como José Antonio Moreno Díaz, ponente y coponente del Dictamen respectivamente, consideran importante que se utilice el marco de la Estrategia para solicitar a cada Estado miembro un plan de derechos fundamentales en el área de gestión de fronteras, complementando así las funciones de Frontex.

Asimismo, el Comité lamenta que en la Estrategia no se reconozca y aborde adecuadamente la práctica de las devoluciones en caliente y pide a la Comisión que elabore planes claros a este respecto y que pida a las instituciones de naciones fronterizas que eviten estas prácticas inaceptables. Respetar los derechos fundamentales constituye una obligación jurídica para todas las instituciones nacionales y de la UE y debe tratarse en consecuencia. La política exterior o de cooperación de la UE no debe estar supeditada en ningún caso a la cooperación de los países de origen en los procesos de retorno y readmisión. (gb)