Componentes esenciales de cualquier producto digital, los semiconductores son vitales para los sectores aeroespacial y de la defensa, a pesar de que estos solo representan alrededor del 1 % del mercado mundial de chips. 

Los semiconductores que estos sectores necesitan deberán ser resistentes, fiables y capaces de almacenar datos e información con total protección y seguridad. Aunque las interrupciones de la cadena de suministro en general constituyen un reto económico y, potencialmente, un reto social, en estos sectores estratégicos la escasez también se convierte en un problema de seguridad.

Europa depende de un pequeño número de proveedores extranjeros, lo que tiene consecuencias de gran calado. Estados Unidos, China y Corea del Sur están invirtiendo grandes sumas en este sector. La intención de la Comisión Europea, con la Ley de Chips, es duplicar la producción en Europa, elevándola a una cuota mundial del 20 % de aquí a 2030, con una inversión total de unos 43 000 millones de euros. 

No obstante, el CESE pide a la Comisión que aclare las fuentes de esta financiación, ya que algunos fondos parecen proceder de una redistribución de los importes ya asignados en el presupuesto a otras áreas prioritarias como el espacio, la IA y la ciberseguridad, que no deben ponerse en peligro. Tampoco deben reducirse los créditos del Fondo Europeo de Defensa, habida cuenta de los ya limitados recursos de que dispone. En un contexto de crecientes tensiones geopolíticas, garantizar que los sectores aeroespacial y de defensa cuenten con un apoyo financiero adecuado es fundamental para la Ley de Chips. 

También proponemos que la Ley de Chips se centre y promueva la innovación no solo en los pequeños semiconductores, sino también en los de mayor tamaño, que siguen siendo muy utilizados en las industrias de defensa y aeroespacial.

El desarrollo de procedimientos de certificación también es fundamental para ambos sectores. Por ejemplo, como parte de la estrategia europea de normalización, es necesario apoyar el desarrollo de normas comunes a los ámbitos militar y civil.

Una cuestión que debe abordarse sin demora es la seguridad jurídica en el campo de las ayudas estatales, indicando en el nivel de la UE cuáles son los criterios para autorizar cualquier medida de apoyo y racionalizar los procedimientos administrativos a escala nacional.

También es necesario reforzar la cooperación con países aliados, por ejemplo con Estados Unidos a través del Consejo UE-EE. UU. de Comercio y Tecnología. En resumen, el ecosistema mundial de semiconductores para los sectores aeroespaciales y de defensa es complejo y altamente interdependiente. Solo si se aprovechan los puntos fuertes y se desarrollan estrategias coordinadas será posible evitar duplicaciones y aumentar la eficiencia de todo el sistema.

Maurizio Mensi, miembro del CESE