Las organizaciones de la sociedad civil expresan su decepción por los resultados de la COP28, si bien consideran esta Conferencia como una plataforma para lograr una mayor participación de la UE en la escena mundial. El Comité Económico y Social Europeo (CESE) mantiene su compromiso de abordar la crisis climática y hace hincapié en la necesidad de una mayor ambición y la participación de la juventud.

La COP28 logra un giro histórico: por primera vez en treinta años, los países se comprometen a una transición hacia el abandono de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos. Oliver Röpke, presidente del CESE, reconoce estos avances, si bien insiste en la eliminación completa de los combustibles fósiles —aunque ello se realice de manera progresiva—, y destaca la importancia de implicar a la juventud en estos esfuerzos.

Los negociadores de la Unión Europea reivindican el éxito de mantener vigente el objetivo de limitación del aumento de la temperatura mundial del Acuerdo de París. La COP28 se ha centrado en el sector de la energía, con el objetivo de reducir las emisiones en un 43 % de aquí a 2030 y de lograr cero emisiones netas de aquí a 2050. Sin embargo, el acuerdo ha sido objeto de críticas debido a sus deficiencias, entre otros motivos por la incertidumbre sobre el cumplimiento del objetivo de un aumento inferior a 1,5 °C, la influencia de los países productores de petróleo y unas endebles disposiciones financieras de cara a la transición.

Sandrine Dixson-Declève, copresidenta del Club de Roma, vaticinó un aumento tanto de las desigualdades en el reparto de la riqueza como de las tensiones sociales, derivadas de una distribución inadecuada de las cargas. Diandra Ni Bhuachalla, delegada de la juventud del CESE, manifestó su consternación ante los resultados de la COP28 y reafirmó la importancia de contar con las experiencias reales de la ciudadanía en la lucha contra los grupos de presión de los combustibles fósiles.

A pesar de las inquietudes, los miembros del CESE reconocen los aspectos positivos del acuerdo de Dubai, se comprometen a abordar sus lagunas e instan a otras instituciones de la UE a hacer lo propio. Del debate del CESE se desprende un mensaje principal y un firme compromiso: «No cejaremos» en nuestros empeños por afrontar de inmediato la crisis climática, prosiguiendo nuestra acción en el marco de la UE y las Naciones Unidas. (ks)