Por Fernando Manuel Maurício de Carvalho, miembro del CESE

El 10 de marzo tuvo lugar una manifestación pública bajo la lluvia en Largo de Camões, Lisboa, para protestar contra la guerra, las sanciones y quienes se benefician de la venta de armas o utilizan la guerra como excusa para impulsar la militarización. También se celebraron manifestaciones en otros lugares del país.

Los manifestantes en Lisboa llevaban banderas azules o blancas con una paloma dibujada a mano y la palabra «paz». «Paremos la guerra, demos una oportunidad a la paz» fue el mensaje destacado en el acto, en el que se pronunciaron varios discursos. Entre estos discursos se contaba el de João Coelho, de la Confederación General de Trabajadores Portugueses (CGTP-IN), que condenó a los «fanáticos de la guerra» que se agrupan en Europa para aumentar el armamento y a aquellos que ahora se enriquecen por la venta de armas.

La CGTP-IN expresó su solidaridad con los trabajadores y los pueblos víctimas de la guerra y, en particular, con los de Ucrania. Las acciones de la CGTP-IN siempre se han regido por los principios de defender la paz y condenar la guerra, haciendo hincapié en la necesidad de detener la guerra y dar una oportunidad a la paz.

Pedimos una vía de diálogo para construir una solución pacífica al conflicto. La guerra no es una solución, y nuestra preocupación son los trabajadores y el pueblo de Ucrania, y de todos los países, ya que son el primer y principal grupo afectado por la guerra y la destrucción.

Creemos que para defender la paz hay que luchar contra el militarismo y la carrera armamentística y apostar por una solución pacífica que pase por establecer acuerdos o mecanismos de diálogo basados en la confianza mutua, la cooperación y la seguridad de los países y pueblos de Europa. Por lo tanto, es urgente poner fin a la actual escalada militar.

La imposición de sanciones no detiene la guerra y conlleva consecuencias perjudiciales para los trabajadores y la población, tanto en los países afectados como en otros lugares. Las sanciones contra países como Irak han demostrado estos efectos y el consiguiente deterioro de las condiciones de vida, además de repercusiones en otros países. Esto exige que se tomen ya medidas para atajar los ataques a los derechos que ponen en peligro las condiciones de vida de los trabajadores.

La CGTP-IN señala que es necesario garantizar el pleno apoyo a los refugiados, al tiempo que se combaten todas las formas de racismo y xenofobia, y subraya la necesidad de apoyo humanitario para hacer frente a los retos que afronta la población de Ucrania y de los países vecinos.

Expresamos una vez más nuestra solidaridad con los pueblos víctimas de la guerra, en particular con el pueblo y los trabajadores de Ucrania, pero también con los de Palestina y el Sáhara Occidental, Yemen, Somalia, Siria y Afganistán. Al mismo tiempo, subrayamos que el camino hacia la paz debe construirse de conformidad con el Derecho internacional y en el marco de las Naciones Unidas.