Estimados lectores:

En la última cumbre de la UE celebrada en febrero, se esperaba que los dirigentes europeos hicieran progresos sustanciales hacia la consecución de un acuerdo sobre el presupuesto a largo plazo, el marco financiero plurianual (MFP). Pero las profundas divisiones existentes les impidieron alcanzar un compromiso.

Si no hay acuerdo, nos arriesgamos a sufrir otra parálisis que no podemos permitirnos en la actual situación geopolítica.

Las prioridades urgentes que tiene la UE y el riesgo derivado de las negociaciones posteriores al Brexit no pueden alargarse sine die, ya que absorberán la energía necesaria para otras prioridades: el paquete sobre la migración, el Pacto Verde, la transición digital o la transición medioambiental, por citar solo unas cuantas.

Es hora de armarse de valor para tomar las decisiones correctas.

No es una batalla de cifras, sino de visiones. La visión de la nueva Comisión —«Una Unión que se esfuerza por lograr más resultados»— y la nueva agenda estratégica que los líderes de la UE establecieron en Sibiu, y confirmaron en los Consejos Europeos de julio y diciembre de 2019, deben respaldarse mediante decisiones coherentes con el nuevo MFP.

No se puede renovar una casa sin contar con un presupuesto adecuado.
Suscribimos plenamente la declaración del presidente del Parlamento Europeo, Sr. Sassoli, confirmada de forma unánime por todos los grupos políticos del Parlamento en una carta conjunta. De hecho, por el momento todavía subsiste una diferencia de 230 000 millones de euros. Falta mucho para que la propuesta del Consejo sea aceptable.

Si queremos poner en marcha una agenda europea ambiciosa, es bien sencillo: la UE necesita recursos suficientes. Expresamos esta posición hace más de año y medio en un dictamen aprobado por abrumadora mayoría y lo hemos reiterado en numerosas ocasiones.

Si los Estados miembros no están dispuestos a pagar más para cumplir unas prioridades ambiciosas que ya han acordado y aprobado, tienen que liberar los recursos propios correspondientes. Hemos de conseguir finalmente lo que se ha debatido en los últimos quince años. Debemos dar respuesta a las peticiones de los ciudadanos de la UE en las últimas elecciones europeas. Las europeas y los europeos merecen respeto y su voto debe escucharse, no ignorase.

Considero que es el momento de ser coherente y movilizar todas las fuerzas disponibles. Es hora de actuar y ejercer presión sobre nuestros países, de modo que nuestros gobiernos encuentren el valor, la voluntad política y la ambición necesarios para hacer realidad lo que ya han acordado.

En esta delicada fase, estoy convencido de que debemos expresarnos con claridad y mantenernos firmemente unidos en nuestras posiciones, junto con el Parlamento Europeo.

Luca Jahier

Presidente del CESE