Se necesitan nuevos instrumentos financieros si se quiere que la economía social siga creciendo más allá del impulso que ofrecen los programas públicos, afirma un nuevo informe del CESE, en el que también se aboga por la formación financiera para fomentar la financiación privada.

Según un Dictamen del CESE aprobado en enero, la economía social solo puede atraer las inversiones adecuadas si existen instrumentos financieros específicos que equilibren el impacto social con rendimientos aceptables para los inversores y riesgos justos para las empresas sociales.

Tal como declaró el ponente, Giuseppe Guerini: «Existe una verdadera necesidad de facilitar la conexión entre el mundo de la inversión privada y el de la economía social. Creemos que, muy a menudo, los operadores financieros tratan a las organizaciones de la economía social como de alto riesgo simplemente porque utilizan herramientas que suelen emplearse para evaluar otro tipo de empresas».

Las inversiones con impacto social deberían cumplir los siguientes criterios:

•    tener un objetivo claro de generar impacto social;
•    apoyar a empresas claramente definidas como empresas de la economía social;
•    fijar niveles de expectativas vinculados a unos rendimientos económicos justos, sostenibles y transparentes, incluso si se encuentran por debajo de los rendimientos medios del mercado;
•    permitir que parte de los activos se reinviertan en otras inversiones con objetivos sociales;
•    tener un impacto mensurable;
•    ser coherentes con los valores de la empresa en la que invierten.

Un buen conocimiento mutuo es esencial si se quiere reducir la brecha de inversión.  En palabras de la coponente Marie-Pierre Le Breton: «Hay que brindar más apoyo a los agentes financieros para que entiendan mejor las realidades de las empresas sociales, y a estas últimas para que se familiaricen en mayor medida con el mundo y los instrumentos de las finanzas».

La difusión de buenas prácticas, como el «centro especializado para las inversiones de impacto» desarrollado en Finlandia, o los modelos franceses de inversión del tipo «retribución según rendimiento», también puede ayudar. Sin embargo, deben establecerse indicadores a escala de la UE para evaluar el impacto. Estos podrían ser de carácter objetivo, como el número de puestos de trabajo creados, o subjetivo, como el grado de bienestar de la comunidad.