En un Dictamen emitido en enero de 2022, el CESE acoge con satisfacción el objetivo de la propuesta de la Comisión Europea, ya que actualiza y busca aclarar el marco vigente en la UE y porque pretende estructurar la fiscalidad europea de una forma que favorezca la energía no fósil sostenible.

Sin embargo, el CESE expresa su preocupación por las posibles repercusiones socioeconómicas negativas de algunas de las medidas que contempla la Comisión Europea en su propuesta de Directiva.

El ponente, Stefan Back, señala que «el CESE pide que se adopte una actitud más flexible sobre los biocombustibles admisibles y su imposición».

El Comité recomienda también emplear el concepto de «pobreza energética» en lugar del de «hogar vulnerable», aboga por impuestos medioambientales cuya recaudación se revierta a las personas más afectadas y apuesta por ajustar el sistema europeo de formación de los precios para reflejar el precio de todas las formas de energía.

«El CESE también lamenta que la propuesta no prevea medidas adecuadas para evitar la pobreza de movilidad», añade el coponente Philippe Charry. (tk)