El Comité Económico y Social Europeo (CESE) respalda el paquete financiero digital propuesto por la Comisión Europea. Si bien es cierto que la digitalización brinda grandes oportunidades, también presenta riesgos para el sector financiero de la UE, que no pueden pasarse por alto y requieren una rápida actuación.
Es urgente regular la financiación digital, y la Comisión Europea va en ello por el buen camino. Este es el principal mensaje de tres Dictámenes del CESE aprobados en el pleno de febrero, en los que el Comité apoya las últimas propuestas de la Comisión para la regulación del sector financiero digital.
Paquete sobre financiación digital
En el Dictamen elaborado por Petru Sorin Dandea y Jörg Freiherr Frank von Fürstenwerth, el Comité respalda la propuesta de la Comisión sobre la estrategia de finanzas digitales y subraya que deben abordarse de lleno los principales retos derivados de la digitalización del sector financiero de la UE.
En su intervención durante el debate, el Sr. Dandea declaró: La digitalización en el sector financiero de la UE va de la mano de procesos de reestructuración de gran envergadura, el cierre de sucursales locales, cambios en las cualificaciones profesionales de los trabajadores y formas totalmente nuevas de trabajo. No deben ignorarse estas importantes cuestiones, que representan un reto considerable para los proveedores y, por supuesto, para los trabajadores del sector financiero
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Un mercado único de servicios financieros digitales que funcione con fluidez contribuirá a mejorar el acceso a los servicios financieros de los consumidores y los inversores minoristas en la UE. Para alcanzar este objetivo, es necesario reducir la fragmentación del sector permitiendo que se desarrollen los mercados. A este respecto, el Comité concuerda con la creación de una plataforma de financiación digital de la UE que facilite las interacciones en línea relacionadas con las iniciativas de financiación digital, si bien subraya que los interlocutores sociales y los representantes de la sociedad civil deben tener voz en este proceso.
A este respecto, Frank von Fürstenwerth señaló que: Al abordar los retos y los riesgos asociados a la transformación digital, debemos tener en cuenta cuestiones clave a la hora de crear el mercado único digital de los servicios financieros. Hay que centrarse en la regulación de los proveedores de tecnología, la protección de los consumidores, el acceso a los servicios financieros, la resiliencia operativa y la seguridad de la red y los sistemas de información
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Criptoactivos y tecnología de registros descentralizados
En el Dictamen elaborado por Giuseppe Guerini, el CESE respalda las dos iniciativas de la Comisión (sobre los mercados de criptoactivos y sobre un régimen piloto para las infraestructuras de mercado basadas en la tecnología de registros descentralizados). En este ámbito, se necesitan urgentemente medidas para ofrecer una normativa global en relación con un fenómeno tecnológico cada vez más generalizado y con una creciente utilización práctica, así como en constante y rápida evolución.
En su intervención en el pleno, el Sr. Guerini afirmó: Una rápida aplicación —para mediados de 2022— de las distintas medidas de adecuación normativa previstas por la Comisión será de gran utilidad, ya que son necesarias para modernizar los servicios financieros. Sin embargo, al hacerlo, no debemos perder de vista la protección de los consumidores y los inversores, ni tampoco las normas prudenciales. La integridad del mercado debe preservarse a toda costa
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Un motivo por el que urgen estas iniciativas deriva del hecho de que varios Estados miembros han adoptado en los últimos meses instrumentos reguladores nacionales, bien mediante intervenciones legislativas, bien mediante recomendaciones y directrices emitidas por las autoridades de reglamentación del sector. Estas intervenciones entrañan el riesgo de crear un marco regulador fragmentado, con el riesgo de socavar la integridad del mercado interior e incrementar los costes de cumplimiento para las empresas.
Más concretamente, el CESE apoya el marco normativo único propuesto, cuya doble finalidad es, por una parte, proteger a los usuarios finales de la financiación digital y, por otra, salvaguardar la estabilidad financiera. Dicho esto, el Comité también desearía que se adoptaran medidas que protegieran a los consumidores y a los pequeños inversores, garantizándoles que reciben una información adecuada y que las nuevas normas, de carácter marcadamente técnico, no les suponen un impacto desproporcionado.
Resiliencia operativa digital
Por último, en el Dictamen elaborado por Antonio García del Riego, el Comité apoya la propuesta de la Comisión sobre la resiliencia operativa digital, ya que tiene por objeto aportar claridad jurídica a las disposiciones sobre riesgos de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), reducir la complejidad reglamentaria, establecer un conjunto de normas comunes encaminadas a mitigar los riesgos relacionados con las TIC y facilitar un planteamiento de supervisión armonizado. También pretende proporcionar la seguridad jurídica y las salvaguardias necesarias para las empresas financieras y los proveedores de TIC.
Dada la creciente dependencia de los programas informáticos y los procesos digitales, las empresas financieras pueden convertirse en el blanco de ciberataques que pueden ocasionarles daños financieros —tanto a ellas como a sus clientes—, así como perjuicios a su reputación. Por lo tanto, estos riesgos deben entenderse y gestionarse de una manera adecuada, de modo que las empresas puedan hacer frente a todo tipo de perturbaciones y amenazas asociadas a las TIC.
A este respecto, el Sr. García del Riego apuntó: La propuesta sobre la resiliencia operativa digital no solo aumenta la resiliencia del sector a los riesgos relacionados con las TIC, sino que también reviste interés para varias partes interesadas, entre ellas los clientes, los inversores y los empleados, y contribuye al desarrollo sostenible. Al mismo tiempo, debemos tener cuidado de no añadir obstáculos administrativos innecesarios que puedan impedir que las entidades financieras de la UE participen en el proceso de innovación mundial
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