La lucha contra el cambio climático y los retos relacionados con el medio ambiente se han convertido en una prioridad fundamental de la UE. Del cambio climático a la emergencia climática, la UE necesita realizar cambios sustanciales para fomentar una economía del bienestar y un futuro que sea sostenible y más limpio, seguro y saludable.
Para hacer frente a estos desafíos y lograr estos cambios, la Comisión Europea adoptó el Pacto Verde Europeo e inició una consulta para recabar opiniones sobre la manera de dialogar con los ciudadanos en un «Pacto por el Clima» que debería ponerse en marcha en el último trimestre de 2020.
El objetivo del Pacto Europeo por el Clima es dar voz a todos a la hora de diseñar nuevas acciones por el clima, compartiendo información, poniendo en marcha actividades de base y mostrando soluciones que otros puedan seguir.
La Comisión también propone introducir este nuevo objetivo en la legislación de la UE a través de la reciente propuesta de Ley Europea del Clima, que establece un objetivo jurídicamente vinculante de lograr cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050.
No puede haber momento más importante para que, conjuntamente, las fuerzas de la sociedad civil y el Gobierno se comprometan con la aplicación de la Ley del Clima en el momento de pasar a la fase de recuperación posterior a la COVID-19. Aunque hay una gran presión para que suavicemos nuestro enfoque, la pandemia nos ha ayudado a todos a darnos cuenta de que, con esfuerzo, verdaderamente podemos hacer las cosas de forma muy diferente
, subrayó Jan Dirx, ponente del Dictamen sobre la Ley Europea del Clima.
El CESE, como representante de la sociedad civil organizada de la UE, fue consultado con el fin de proporcionar orientaciones sobre cómo aprovechar las estructuras existentes, como los diálogos con los ciudadanos, las asambleas ciudadanas y los comités de diálogo social, para lograr el deseado compromiso de la sociedad con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que de ello dependerá el éxito de todas las medidas relativas a la acción por el clima.
El CESE hace hincapié en la necesidad de empoderar a los ciudadanos de múltiples formas, proponiendo la creación de una Plataforma europea de partes interesadas del Pacto por el Clima para organizar y facilitar la participación activa de «todas las partes de la sociedad», sobre la base de los principios de inclusividad, transparencia y responsabilización por parte de los agentes climáticos, con medidas que van desde la consulta y la participación de arriba abajo al codiseño, la cocreación y el empoderamiento.
Dimitris Dimitriadis, ponente del Dictamen sobre la Ley Europea del Clima, subrayó: Europa necesita catalizar un cambio sistémico para la acción por el clima a través de la innovación. Es necesario evolucionar hacia un modelo participativo a todos los niveles y, al aplicar el Pacto sobre el Clima, la Comisión cuenta con una importante oportunidad y la obligación de concebir un enfoque innovador que refleje, apoye e inspire las acciones que ya se han emprendido en el seno de la sociedad civil, en las comunidades, las ciudades y las regiones
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En el período posterior a la crisis de la COVID-19, los compromisos en materia de acción por el clima y sostenibilidad tienen que ser un aspecto prioritario de la política de recuperación y reconstrucción, y de los presupuestos correspondientes, para no seguir condenando a la UE a un futuro con altas emisiones de carbono. La reconstrucción económica y la recuperación de la crisis del coronavirus deben ir de la mano.
Las medidas posteriores a la crisis deben concebirse con el fin de crear resiliencia sistémica, proteger y restaurar la biodiversidad, dar prioridad a la salud pública y crear empleo de calidad sin dejar a nadie atrás y allanando el camino hacia una economía del bienestar
, reafirmó Peter Schmidt, coponente del Dictamen sobre la Ley Europea del Clima.
Así pues, el CESE apoya el llamamiento dirigido a la Unión Europea para que se comprometa a alcanzar la neutralidad en carbono de aquí a 2050 y, en consecuencia, adapte su objetivo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, si bien sostiene que existen argumentos convincentes para lograr una reducción mínima del 55 % para 2030, en lugar del 50 % propuesto por la Comisión.
La consecución de los objetivos climáticos de la UE e internacionales requerirá un calendario estricto para cumplir los objetivos de 2030 y 2050. Por tanto, el CESE también considera que la propuesta de Ley Europea del Clima es un instrumento importante para contribuir a alcanzar un nivel de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para la UE en su conjunto, teniendo en cuenta la importancia de promover la equidad y la solidaridad entre los Estados miembros.
Con esta ley, las instituciones de la UE y los Estados miembros se han comprometido a adoptar las medidas necesarias a escala nacional y de la UE para alcanzar los objetivos, principalmente a través de la reducción de las emisiones, la inversión en tecnologías ecológicas y la protección del entorno natural.
La consecución de los objetivos del Pacto Verde Europeo también requerirá importantes recursos financieros. Para ello, el presupuesto del Pacto Verde Europeo (fondos públicos y privados), y los 750 000 millones EUR del fondo de recuperación, incluida la asignación de fondos para el proceso del Semestre Europeo, deberían centrarse en la recuperación sostenible y en la acción por el clima.
Tellervo Kylä-Harakka-Ruonala, coponente del Dictamen sobre la Ley Europea del Clima, señaló: Una de las razones por las que la acción por el clima es tan importante es que, como grupo de 27 Estados miembros, estamos marcando el ritmo de todas las demás naciones del planeta. El hecho de que los gobiernos de toda Europa y las fuerzas de la sociedad civil representadas por el CESE puedan adoptar un enfoque común es un magnífico ejemplo para el resto del mundo
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A pesar de los tiempos difíciles, Europa y el mundo entero se encuentran ante a una oportunidad verdaderamente única: es tiempo de pararse a pensar, reconsiderar y hacer que los ciudadanos participen en el proceso. Es el momento de actuar antes de que sea demasiado tarde.