Peter Schmidt

Los alimentos desempeñan un papel central en la vida de las personas y deben considerarse no solo desde el punto de vista nutricional o de la salud, sino también en el plano medioambiental y social. Para facilitar este sistema alimentario integral y sostenible, el CESE propone la introducción de nuevas directrices dietéticas sostenibles.

«Lo que comemos afecta a nuestra salud y nuestro planeta. Necesitamos políticas que promuevan una alimentación más sana y sostenible, por lo que se deben elaborar unas directrices dietéticas sostenibles. Esto es algo esencial si queremos cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático», afirma Peter Schmidt, ponente de un Dictamen de iniciativa sobre la cuestión.

«Promover una alimentación sana y sostenible es importante en el contexto de una política alimentaria integral en la UE. Unas directrices dietéticas sostenibles y unos sistemas de etiquetado bien definidos —incluyendo el etiquetado de origen— que tengan en cuenta las diferencias culturales y geográficas entre los Estados miembros y dentro de ellos ayudarían a establecer una orientación más clara a las explotaciones agrícolas, las empresas transformadoras, los minoristas y los servicios de alimentación. El sistema agroalimentario también se beneficiaría de un nuevo marco, más transparente, para producir, procesar, distribuir y vender alimentos más sanos y sostenibles a precios más justos», señala Maurizio Reale, presidente de la Sección de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente (NAT) del CESE.

Para establecer estas directrices a escala europea, el CESE propone la creación de un grupo de expertos compuesto por profesionales y científicos de relevancia provenientes de los ámbitos de la nutrición, la salud pública, la alimentación y las ciencias medioambientales y sociales. Este grupo de expertos elaboraría directrices empíricamente contrastadas en un plazo de dos años. (sma)