La sociedad civil africana es un socio fundamental de cara al futuro, afirma el presidente del CESE, Luca Jahier

El Comité Económico y Social Europeo (CESE) acogió en su pleno de diciembre un debate sobre la política de cooperación para el desarrollo en el que subrayó que es esencial mejorar las relaciones entre la UE y la sociedad civil africana para pasar de un marco de ayuda al desarrollo a otro de asociación.

Las relaciones entre las sociedades civiles europea y africana han de estar en el centro del Acuerdo de Asociación UE-ACP, en el que el compromiso continuo, e incluso creciente, del CESE y de sus órganos debe reconocerse como elemento central. Solo así podrá la sociedad civil de la UE ayudar a la africana a convertirse en un socio fiable y de confianza para los inversores.

En el debate celebrado en Bruselas el 12 de diciembre de 2019, el CESE dejó claro que, tras haber desempeñado un papel primordial para fomentar las relaciones de la sociedad civil en el marco de asociación actual, el Acuerdo de Cotonú, las relaciones con los países africanos deben ser objeto de mejoras que permitan pasar de la ayuda al desarrollo a la siguiente fase: la creación de asociaciones internacionales.

El presidente del CESE, Luca Jahier, resaltó que la política de desarrollo y cooperación está experimentando cambios estructurales, una transición desde una relación donante-beneficiario a una cooperación y un diálogo entre iguales sobre la base de intereses complementarios, y que ya es posible vislumbrar esta tendencia tanto en las próximas relaciones ACP-UE como en los nuevos vínculos que se han establecido entre la UE y África. La Agenda 2030 constituye el mejor ejemplo de este nuevo enfoque de la cooperación internacional, puesto que, independientemente del contexto geográfico y cultural, todos nos enfrentamos a los mismos retos y debemos actuar juntos, sin dejar a nadie atrás, afirmó.

A continuación, señaló que este proceso conlleva también un compromiso más firme por trabajar conjuntamente a fin de abordar las cuestiones comunes. Es crucial reconocer desde un punto de vista político la contribución de la sociedad civil a las nuevas asociaciones forjadas por la UE en el mundo, con el Acuerdo de Asociación ACP-UE a la cabeza, apuntó. Espero que las actuales negociaciones otorguen un papel de mayor peso a la sociedad civil organizada y al CESE. El futuro de África es el futuro de Europa. Necesitamos un nuevo Renacimiento africano.

La importante labor que han llevado a cabo las organizaciones de la sociedad civil mereció el elogio de Jutta Urpilainen, comisaria europea de Asociaciones Internacionales, quien afirmó: El modelo de desarrollo europeo debe evolucionar a la par que las realidades globales. Todos tenemos que involucrarnos y comprometernos con el Pacto Verde. El desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza en el mundo figuran entre las prioridades de mi mandato. Aunque debemos seguir sin dejar a nadie atrás, hemos de otorgar también un papel a cada uno y, en especial, a las organizaciones de la sociedad civil, que siempre se hallan en primera línea independientemente de la cuestión de que se trate.

Isabelle A. J. Durant, secretaria general adjunta de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), señaló que los acuerdos multilaterales pueden ayudar a los países con dificultades en el campo del comercio internacional y que representan la única vía para llegar a una situación que beneficie a todas las partes implicadas. La UE y África tienen ante sí las mismas oportunidades y desafíos, como la digitalización y el cambio climático.

Mikolaj Dowgielewicz, representante permanente del Banco Europeo de Inversiones (BEI) ante las instituciones europeas en Bruselas, se refirió tanto a la necesidad de movilizar a distintas instituciones financieras para atraer la inversión privada como a las contribuciones del BEI en favor de la construcción de infraestructuras en África.

El debate coincidió con la aprobación por el pleno del CESE de un Dictamen de iniciativa sobre «La ayuda exterior, la inversión y el comercio como instrumentos para limitar las causas de la migración económica, con especial atención a África», elaborado por Arno Metzler y Thomas Wagnsonner.

En palabras del Sr. Metzler los desafíos que plantea un cambio de rumbo en África son tan grandes que requieren la movilización de todos los socios de la sociedad civil y de todos los instrumentos disponibles para afrontarlos con éxito y de manera prometedora.

A lo que el Sr. Wagnsonner añadió: Como instrumentos de desarrollo, la ayuda exterior, la inversión y el comercio van más allá de erradicar la pobreza extrema, implican una vida digna basada en un empleo de calidad: nada menos que crear una clase media con perspectivas claras de una vida mejor. La implicación de la sociedad civil organizada garantiza la lucha contra la pobreza, no contra los pobres.

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