El CESE pide más apoyo para la agricultura europea

EESC plenary session - Day 2 - NAT/773 - Arnold PUECH d'ALISSAC

Es necesario recompensar mejor la contribución de los agricultores a la seguridad alimentaria y a la conservación de un tejido rural vivo. La rentabilidad y la viabilidad económica de la agricultura son un tema importante en la UE, donde la renta de un agricultor equivale, de media, a tan solo el 46,5 % de la de otros sectores económicos.

En su Dictamen sobre la actividad agrícola y el reto de la rentabilidad, el CESE expresa su apoyo al refuerzo del papel de los agricultores. El mensaje principal es que los agricultores no pueden permanecer pasivos y dejar que otros agentes de la cadena se apropien de una parte desproporcionada de los beneficios.

Arnold Puech d’Alissac, ponente del Dictamen, señaló que hemos de ser razonables y adoptar un enfoque positivo sobre el problema, ayudando a los agricultores a obtener una parte equitativa de los beneficios del mercado y haciendo que la profesión sea más atractiva para las generaciones futuras.

El despoblamiento de las zonas rurales y el relevo generacional

La agricultura va perdiendo cada vez más atractivos. Las nuevas generaciones se ven disuadidas de quedarse a cargo de la empresa familiar y, en su lugar, abandonan las zonas rurales para instalarse en las grandes ciudades. Esto, a su vez, pone en peligro una profesión que, según los datos de Eurostat de 2018, ha ido experimentado un marcado declive a lo largo de muchos años.

Como quizá era de esperar, los agricultores son por lo general hombres y relativamente mayores. En 2016, el 71,5 % de los agricultores eran hombres y tan solo uno de cada diez jefes de explotaciones agrícolas (10,6 %) era un agricultor joven de menos de cuarenta años.

Esta situación tiene serias repercusiones para el desarrollo del sector en lo que respecta a su atractivo global para las nuevas generaciones, los recién llegados, los agentes externos, los inversores y los socios bancarios. También impide el desarrollo de sinergias con otros sectores económicos e intensifica el problema del relevo generacional en las zonas rurales.

Por ello, los agricultores jóvenes necesitan urgentemente un apoyo firme que les permita afrontar las dificultades que entraña iniciar su actividad, por ejemplo, el acceso a la tierra y a la financiación, a fin de aplicar soluciones tecnológicas innovadoras en las explotaciones. En este sentido, hay que preservar y reforzar la función de subsidiariedad del segundo pilar de la PAC en el marco de la nueva política agrícola común.

El cambio climático

Los agricultores son uno de los grupos más vulnerables al cambio climático. Por ejemplo, son testigos directos de sus efectos al verse afectados por la alteración de los períodos de cosecha, heladas tempranas o tardías, incendios, inundaciones y sequías. Por consiguiente, la adopción de medidas eficaces de adaptación al cambio climático es vital para la viabilidad de la agricultura.

Para abordar este problema mundial, la UE aspira a cumplir no solo los objetivos del Tratado de Lisboa, sino también el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, estableciendo unas metas importantes para el sector agrario de la UE que deben alcanzarse entre 2030 y 2050.

Los agricultores de la UE están dispuestos a hacer frente a estos desafíos siempre y cuando se les dote de las herramientas adecuadas.

La investigación y la innovación son fundamentales en este contexto, al igual que la formación a lo largo de toda la vida, para impulsar la modernización, en particular la mejora del uso de las nuevas tecnologías.

Las nuevas tecnologías desempeñarán un papel fundamental para:

  • producir más y mejor utilizando menos recursos. Ello será necesario para superar uno de los mayores retos de las próximas décadas, a saber, la necesidad de alimentar a una población mundial que no deja de aumentar. Se calcula que, de aquí a 2050, la población mundial será de 9 700 millones de personas y, si continúa la tendencia, el cultivo tendrá como mínimo que duplicarse;
  • hacer frente al cambio climático, combinando calidad y sostenibilidad de manera eficaz.

Por lo tanto, la «caja de herramientas» debe incluir un marco político positivo y fácilmente comprensible por el usuario, nuevas tecnologías, estrategias de gestión del agua (entre otras, almacenamiento e irrigación) y un presupuesto sólido de la PAC que respalde los esfuerzos adicionales que las medidas de sostenibilidad y mitigación requieren con mucha frecuencia.

La renta del sector agrario

Según la ficha informativa de la Comisión publicada en marzo de 2017, el valor añadido se distribuye a lo largo de la cadena de valor de la siguiente manera: aproximadamente un 25 % corresponde al agricultor, un 25 % a la transformación alimentaria y un 50 % a la distribución y a los servicios alimentarios.

La UE necesita una cadena alimentaria justa, transparente, equitativa y que funcione correctamente, esto es, una cadena beneficiosa para los agricultores y para todas las partes interesadas, incluidos los transformadores, los distribuidores y, ante todo, los 500 millones de consumidores de la UE.

A nivel nacional, debe considerarse la posibilidad de un enfoque inverso de negociación en el mercado a través de la creación de cadenas de valor cuyo objetivo sea ofrecer a los agricultores unos ingresos mensuales que dupliquen el salario mínimo.

La volatilidad de los precios y la aparición de nuevos mercados

Deben abordarse las prácticas comerciales desleales en la cadena alimentaria para que los agricultores tengan más posibilidades de obtener la cuota de mercado que merecen. Por esta razón, es importante que en la UE se aplique un marco regulador que proteja a los proveedores.

El sistema de las explotaciones familiares, tan valorado por los consumidores europeos, necesita políticas adecuadas y una regulación justa y razonable. También requiere una legislación sólida y eficaz, que contribuya a frenar la grave amenaza que suponen la extrema volatilidad de los precios y el desequilibrio de poder, cada vez mayor, en la cadena de suministro. El Grupo Operativo sobre Mercados Agrícolas es un paso en esta dirección, pero debe reforzarse aún más.

También deben garantizarse una ambiciosa estrategia de exportación y acuerdos comerciales equilibrados para preservar la competencia leal. Esto es importante para compensar a los agricultores de la UE —que ya cumplen las normas de producción más estrictas del mundo— cuando se ven expuestos a precios mucho más bajos de productos agrícolas importados que están sujetos a normas de producción diferentes.

Por consiguiente, es urgente garantizar una política agraria estable y sencilla con medidas a largo plazo y un presupuesto sostenible de la PAC que mantenga tanto el primer como el segundo pilar, así como los pagos directos, garantizando así una vida digna para los agricultores y sus familias.

Contexto

En lo que atañe a la manera como se alimenta el mundo, el 90 % de los alimentos que consumimos proviene del suelo y solo un 10 % del mar. De ahí que la humanidad dependa completamente de la agricultura para vivir. Sin embargo, a menudo, esta contribución no recibe la recompensa que merece.

Solo en Europa, el sector agrícola:

  • emplea a alrededor de cuarenta millones de personas, de las que una cuarta parte trabaja directamente en explotaciones agrícolas y cooperativas agrarias y trabaja en ellas, por ejemplo en el cultivo de la tierra y la cría de ganado. El sector sigue siendo predominantemente una actividad familiar;
  • en 2017 representaba el 1,2 % del PIB de la UE;
  • creó un valor añadido bruto de 188 500 millones EUR, contribuyendo activamente al excedente comercial de la UE con 137 000 millones EUR de exportaciones agrícolas durante el mismo período.

La renta media en el sector agrícola corresponde apenas a la mitad del conjunto de la economía. Pese a esta baja rentabilidad, el sector agrario de la UE desempeña un papel vital como motor de las economías rurales y productor de unos alimentos de calidad que cumplen las normas más estrictas del mundo.