En su Dictamen anual sobre el estado de la Unión de la Energía, el CESE evalúa los avances logrados hasta la fecha y pide a la Comisión Europea que se centre más en los aspectos sociales.

«La Unión de la Energía todavía no es una realidad. Puede ser una realidad en cuanto a decisiones políticas de la UE, pero todavía no es una realidad en la vida cotidiana de los ciudadanos europeos». Christophe Quarez expresó su parecer sin ambages en el pleno de julio del CESE, en el que reiteró la afirmación vertida en su Dictamen, aprobado por la Asamblea, de que la transición energética aún no ha tenido lugar sobre el terreno. «Ahora que los responsables políticos de la UE han sentado las bases de la Unión de la Energía, aún queda mucho por hacer en los próximos años», añadió.

El cambio de formato en el proceso de toma de decisiones sobre política energética, tanto a nivel nacional como de la UE, es fundamental, afirmó el Sr. Quarez. Tenemos que pasar de las «decisiones de unos pocos» a una «acción impulsada por todos». «Esto nunca ha estado tan al alcance, dado el aumento de la sensibilización sobre el clima entre los ciudadanos de la UE, especialmente los jóvenes europeos», señaló.

El Comité, que valora positivamente el Cuarto Informe sobre el estado de la Unión de la Energía, publicado por la Comisión Europea en abril de 2019, reiteró una vez más su apoyo a los objetivos de la Unión de la Energía y celebró que se haga hincapié en el compromiso y la movilización de la sociedad de la UE para que haga plenamente suya la Unión de la Energía.

Los ciudadanos deben impulsar la transición energética y nadie debe quedar rezagado. Deben tenerse en cuenta las repercusiones sociales de estos cambios, con un nuevo pacto social entre todas las partes interesadas. Los ciudadanos también deberían poder contribuir a todas las decisiones políticas importantes relacionadas con el cambio climático, especialmente las que se adopten en el nivel de la UE, mediante un diálogo ciudadano permanente. (mp)