La Unión Europea necesita asegurar cuanto antes un acceso permanente a las materias primas para desarrollar una poderosa industria de baterías destinadas a vehículos eléctricos. Esta es la señal de alarma que se dio sobre esta cuestión durante el debate que celebró en Bruselas el 5 de febrero de 2020 la Sección de Transporte, Energía, Infraestructura y Sociedad de la Información (TEN).

La generalización de la movilidad eléctrica, con cero emisiones de CO₂, es el siguiente paso fundamental para lograr un transporte sostenible y alcanzar la neutralidad climática. No obstante, Europa solo podrá prescindir de los combustibles fósiles y hacer suya la electrificación si se dota de un acceso constante a las materias primas de las baterías.

Colin Lustenhouwer, ponente del Dictamen del CESE sobre las baterías que se publicó el año pasado declaró que es fundamental concienciar acerca de las medidas urgentes que se necesitan y añadió: «Debemos adoptar medidas de carácter inmediato. La accesibilidad de las materias primas es un problema constante en un ámbito en el que Europa posee pocos recursos y para el que desearía garantizar el suministro. La electrificación es la única alternativa sostenible al combustible y para ello se necesitan baterías».

La UE no dispone de materias primas en la medida necesaria y estas han de importarse. El litio, el níquel, el manganeso y el cobalto provienen principalmente de América del Sur y Asia, lo que implica que, de no actuar, la UE se volverá cada vez más dependiente de terceros países, como Brasil y China.

Pierre Jean Coulon, presidente de la Sección TEN, concluyó: «Con vistas a nuestro futuro sostenible, hemos de considerar toda la vida útil de la batería y dotarnos de los recursos necesarios. Las empresas europeas solo podrán convertirse en protagonista del desarrollo y despliegue de las baterías en el mercado mundial si dan un enorme salto en los próximos años». (mp)