Huelga de mujeres polacas, galardonada con el segundo premio, es un movimiento popular surgido en 2016 en Polonia como reacción al intento del Gobierno de conculcar los derechos de las mujeres al aborto. Desde entonces, el movimiento ha tomado fuerza en todo el país, desembocando en una serie de acciones que han contado con la participación masiva de mujeres de ciudades polacas pequeñas y medianas. Marta Lempart, activista de Huelga de mujeres polacas, comparte su opinión sobre la importancia clave de este movimiento en la Polonia actual.
CESE Info: ¿Qué significa este premio para ustedes y su organización?
Marta Lempart: Nos sentimos visibles. Las mujeres que ejercen el activismo más arduo, que no cuentan con cámaras de televisión, grandiosos medios de comunicación ni fotógrafos artísticos, que no recaban reconocimiento alguno, aparte de odio o ciberodio, las mujeres de a pie (profesoras, dependientas, madres, enfermeras, cocineras o conductoras, quienes encarnan el cambio que queremos ver) que pueblan ciudades polacas de tamaño pequeño y mediano, adquieren finalmente visibilidad y son reconocidas por sus sacrificios, arrojo, ideas, esfuerzos y logros. Es importante que la historia y la feministoria internacionales reconozcan a aquellas que no buscan la fama pero merecen ser vistas, oídas y apoyadas pese a ser originarias de una ciudad de provincias, sin código postal de gran ciudad.
Ello significa también que se está acabando la era del feminismo de ciudad grande encabezado por mujeres acomodadas, privilegiadas y universitarias; ha llegado el momento de las mujeres de a pie que han sido silenciadas, ignoradas y ninguneadas por ser consideradas «insuficientemente valiosas, formadas, elocuentes, preparadas o aceptadas» para ser feministas, estas mujeres que se arriesgan cada día van asumiendo el liderazgo porque son las que mejor saben lo que es luchar a vida o muerte.
¿Qué consejo daría a otras organizaciones para alcanzar unos buenos resultados en actividades y programas similares?
1. Deshacerse de su consejo de administración: crear un servicio de asistencia para coordinar y facilitar proyectos. Nunca jamás diseñar ni imponer proyectos de arriba abajo: erradicar el enfoque descendente y crear una potente red de apoyo. Se entiende que quienes son responsables al 100 % del resultado deben disponer del 100 % de la capacidad de decisión. Financiar y apoyar por todos los medios cualquier proyecto aunque solo se ajuste parcialmente al enfoque de su organización: no buscar ni imponer una concordancia al 100 % en cuanto a ideas, planteamientos y acciones. Creer en lo que dicen las personas, cómo se sienten y lo que hacen.
2 Respetar y fomentar el activismo local como núcleo de cualquier iniciativa que emprendan, luchar activamente contra la ignorancia y la arrogancia de los medios de comunicación respecto del activismo local, que suele ser invisible e ignorado por los medios de comunicación nacionales. Dejar de organizar sus reuniones, seminarios y conferencias en la capital de su país.
3. Hablar lenguaje corriente.
4. Reconocer su privilegiada situación personal y pensar en ello durante cinco minutos cada mañana. A continuación, dedicar la jornada a apoyar las iniciativas de otras personas. Apoyar cada día al menos a una persona de cuyos métodos, estrategias o acciones discrepen. Garantizar que en su organización se escuche siempre la voz de la minoría, así como las opiniones de aquellos que siempre se abstienen. No se puede obligar a los demás a caminar aunque se trate de la vía más razonable y eficaz: necesitan libertad para elegir y transitar por su propia senda. Así es cómo todos llegaremos a buen puerto.
5. Ser amable. Dejar fluir.
¿Qué uso darán a estos fondos específicos para que sean de mayor ayuda en su comunidad?
Los fondos se emplearán en prevenir y luchar activamente contra el síndrome de desgaste de las activistas (fondo anti-burnout). La mayoría de las activistas de Huelga de mujeres polacas sufren presiones estatales y sociales (investigaciones policiales, enjuiciamientos), muchas son acosadas o ciberacosadas, tienen problemas laborales o para mantener sus negocios a flote, lo cual afecta igualmente a sus hijos y familias. La presión y la intensidad de su compromiso dejan huella en su salud mental y estado general.
Parte de los fondos servirán también para volver a las raíces de Huelga de mujeres polacas. Tenemos previsto contactar a quienes organizaron la primera huelga y que dejaron de colaborar con Huelga de mujeres polacas por diversas razones –ya sea por su situación personal, por haberse pasado a otras organizaciones o a raíz de conflictos personales– y organizar un encuentro nacional de confraternización coincidiendo con el cuarto aniversario de la huelga (a saber, el 3 de octubre de 2020).
Polonia cuenta con una larga historia de activismo feminista y fue una de los primeras naciones europeas en consagrar el derecho al voto de las mujeres. No obstante, en Polonia influyen también corrientes conservadoras. Así las cosas, ¿qué significa para usted este galardón?
Supone un espaldarazo para la resistencia y lucha de primera línea que libramos contra el populismo de ultraderecha y el fanatismo religioso ya que se trata de mujeres que luchan activamente contra la agenda del denominado nuevo orden mundial, el cual es hostil a las mujeres y a los seres humanos en general, y está fuertemente patrocinado y organizado a escala internacional, que los gobiernos e instituciones internacionales no saben cómo abordar. En 2016, Polonia era un campo de entrenamiento para extremistas religiosos, que aspiraban a la prohibición total del aborto. Es indudable que perdieron esta batalla. Pensaron encontrar muy poca o ninguna resistencia, pero las mujeres contraatacaron luchando como hacen en realidad cada día.