El 12 de diciembre, el Comité Económico y Social Europeo (CESE) premió a cinco organizaciones de la sociedad civil que defienden la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, sensibilizan sobre el potencial y los logros de las mujeres y contribuyen a su empoderamiento en la sociedad y la economía europeas. El premio de 50 000 euros se repartió entre los cinco proyectos galardonados. La organización italiana «Toponomastica femminile» («Toponimia femenina») se alzó con el primer premio, dotado con 14 000 euros. Las cuatro candidaturas restantes percibieron 9 000 euros cada una, quedando clasificadas en el siguiente orden: la Huelga de mujeres polacas, la asociación búlgara NAIA con su proyecto «Cuentos de hadas», la Asociación Finlandesa de Software y Comercio Electrónico y su programa «Código en femenino», y «The Brussels Binder» («La Carpeta de Bruselas») de Bélgica.
«Me gustaría agradecer a todas las candidaturas, tanto a las ganadoras que nos acompañan hoy como a todas los que han participado, por sus impresionantes y enriquecedoras propuestas. Sus proyectos muestran que Europa está dispuesta a mantener su compromiso de conseguir una sociedad verdaderamente igualitaria para mujeres y hombres. Gracias a proyectos como estos, se va produciendo un lento cambio de mentalidad. La exclusión de las mujeres de la vida pública y de los puestos de influencia se considera cada vez más inaceptable, y los estereotipos sobre el papel de la mujer se han quedado obsoletos», afirmó el presidente del CESE, Luca Jahier, en la ceremonia de entrega de premios.
La vicepresidenta de Comunicación del CESE, Isabel Caño Aguilar, señaló: «Es para mí una gran satisfacción que este año el Premio Sociedad Civil trate sobre el empoderamiento de las mujeres. Los proyectos que se nos han hecho llegar luchan por este empoderamiento, empezando por los niños de corta edad y las percepciones que nos influyen a diario y de forma indirecta cuando vamos por la calle o asistimos a una conferencia. Estos proyectos luchan contra la segregación horizontal del mercado laboral en sectores dominados por hombres, como el de las tecnologías de la información. Combaten la desigualdad, ya sea apelando a nuestro subconsciente a través de los nombres de nuestras calles, o en voz alta, haciéndose oír en sus ciudades de origen».
La asociación ganadora de este año, «Toponomastica femminile» («Toponimia femenina») quiere dar a las mujeres un reconocimiento público que a menudo no existe o que debería haberse logrado mucho antes, sensibilizando sobre su contribución a la sociedad y a la historia. Partiendo de la premisa de que la toponimia —el estudio de los nombres de los lugares— es un buen indicador de la forma en que una sociedad valora a sus miembros, la organización trabaja en favor de una mayor presencia de mujeres prominentes en los callejeros de ciudades y pueblos.
Su reciente análisis de los nombres de lugares públicos en cerca del 90 % de los municipios italianos revela que, por cada cien calles con nombre de hombres, solo 7,8 llevan el nombre de una mujer, y en un 60 % de los casos este nombre hace referencia a figuras religiosas. Apenas hay lugares con nombres de científicas, empresarias, artistas y deportistas de renombre, y Toponimia femenina se propone cambiar eso.
El proyecto ha tenido una acogida muy positiva, con la participación de numerosos municipios, y la organización ya colabora con otras asociaciones de Europa para difundir estas buenas prácticas.
Al recibir el premio, la presidenta de «Toponomastica femminile», Maria Pia Ercolini, declaró: «Se necesitan leyes para cambiar una sociedad, pero estas no bastan para corregir los comportamientos de forma duradera si no van acompañadas de un cambio análogo en el imaginario de la gente; hay que combatir los estereotipos y los prejuicios. No se trata de una batalla feminista, sino de una batalla por una sociedad basada en la solidaridad y por la civilización».
El segundo premio fue para la Huelga de mujeres polacas, el mayor movimiento femenino de Polonia, que acaparó titulares en todo el mundo con su huelga del «Lunes Negro» de 2016. Por medio de protestas y marchas, el movimiento reivindica más derechos para la mujer y condena la represión gubernamental contra valores y libertades fundamentales. Su objetivo estriba ahora en empoderar a mujeres corrientes de ciudades polacas de pequeño y mediano tamaño.
El proyecto galardonado de Bulgaria, «Cuentos de hadas», se clasificó en tercer lugar. Gestionado por la asociación NAIA, se sirve de los cuentos de hadas clásicos para luchar contra los estereotipos en los roles de género inculcados a niñas y niños desde su más temprana infancia, que condicionan su mente y limitan sus oportunidades y elecciones futuras.
En cuarto lugar le sigue «Women Code» («Código en femenino») o #mimmitkoodaa, un programa creado por la Asociación Finlandesa de Software y Comercio Electrónico para rebatir el mito de que todos los desarrolladores de software han de ser necesariamente hombres. El programa anima a las mujeres a buscar oportunidades en la industria del software y a orientarse hacia trabajos y carreras mejor remunerados de cara al futuro.
La ganadora del quinto premio es la belga «The Brussels Binder» («La Carpeta de Bruselas»), una base de datos de expertas en políticas sobre la mujer dirigida por un grupo de voluntariado que aboga por una mejor representación de las mujeres en los debates políticos europeos, a fin de garantizar que la legislación y las políticas de la UE no pasen por alto las necesidades y los puntos de vista de estas. Su objetivo es convertirse en un recurso de referencia para mejorar la diversidad de género en mesas redondas y medios de comunicación, tanto en Bruselas como en toda la UE.
El tema de este año, «Más mujeres en la sociedad y la economía europeas», ha atraído 177 candidaturas, lo que supone el segundo mayor número de inscripciones en los once años de historia del premio, tan solo por detrás de la edición de 2016, consagrada a la migración. Se han recibido propuestas de nada menos que veintisiete Estados miembros, lo que demuestra el amplio interés de los ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil por las iniciativas encaminadas a hacer frente a las desigualdades de género, que todavía persisten en gran medida en Europa.
El Premio Sociedad Civil se otorga como reconocimiento a «la excelencia en el ámbito de las iniciativas de la sociedad civil», dedicándose cada año a un aspecto diferente de la labor del CESE. El tema del Premio en 2018 se centró en los valores europeos, las identidades y el patrimonio cultural como una forma de acercar a los ciudadanos europeos.
Para recabar más información sobre el Premio Sociedad Civil 2019 pulse aquí. El vídeo de los proyectos galardonados se puede ver aquí.
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